domingo, 12 de diciembre de 2010

El principio.

Allí está... tumbado al sol. Lucía lo mira... sabe que nada va a volver a ser como antes. Y no sabe porque piensa eso, pero al ver a Lucas, (el chico invidente que ha entrado a su colegio), algo de dentro ha despertado, hacía tiempo que nadie derretía su helado corazón. Lucía estaba asustada. Muuuuuy asustada, no sabía que clase de sentimiento le producía aquel chico, ternura, quizás, pero fué suficiente. Lucía hacía tiempo que no sentía ninguna clase de sentimiento. Su vida era monótona, triste y gris. Era como si viese todo de color gris... hasta esta mañana, cuando Luis llegó.  Él tenía los ojos verdes, (los mejores ojos verdes que había visto en su vida),  tenía el pelo de color ocre pero al sol parecía mas bien dorado, lo tenía corto pero dejando formarse pequeñas ondas que brillavan al sol. Su cara era peculiar, Lucía nunca había visto a alguien parecido a él. Era guapo, al menos eso apreciava Lucía, pero no la clase de belleza que le gusta a todas las chicas. Desde luego no era el típico guaperas de turno. Ni siquiera era alguien  que se le pudiese decir "normal" ni muy guapo ni muy feo. Él tenía bien marcados sus rasgos, sus ojos ligeramente hundidos hacia abajo, su mirada melancólica, su pequeña naríz, sus labios de color cereza, el blanco pálido de su piel...

Lucas no entraba en ningún ranquin de belleza, él nunca sería el chico por el que suspiran todas las chicas del instituto y eso a Lucía le gustaba. Lucas parecía un chico sensible, al que se emocinaba escuchando una pieza de piano, (como había ocurrido hoy en clase de música), y eso a las chicas de hoy en día no les gusta, aunque lo niegen a todas les gusta los típicos niñatos, chulos, rebeldes y maleducados que piensan que por ellas "cambiarán". Pobres chiquillas. Miró a sus amigas. Estaban las cinco sentadas junto a ella en un banco. Marta comía su bocadillo pensando seguramente en su próxima conquista, Andrea y Ángela discurtían sobre a qué discoteca irían a enborracharse este sábado, mientras que Laura y Miranda juzgaban a Lucas. Se centro en esa conversación.

-Nose... parece majo... pero es un poco feo. Y... ¿Habeis visto como viste? ¡Parece que le haya robado la ropa a su abuelo!- dijo Laura. Lucía no se había fijado en su ropa hasta ahora, lo volvió a mirar. Llevaba una camiseta de botones blanca, unos pantalones de color gris y  unos zapatos elegantes de un negro brillante. Lucía sonrio...le quedaba de maravilla esa ropa, parecía un príncipe sacado de películas antiguas. No se parecía nada a los demas chicos, quizás por eso estaba tumbado solo. Lucía estaba furiosa con sus amigas, pero más consigo misma. Ella era como Lucas, no se parecía a ninguna de sus amigas, no compartía sus aficciones, sus gustos, su manera de pensar y ella sabía perfectamente que sus amigas la ponian verde en cuanto se iva, eran falsas, y le habían dejado tirada en muchas ocasiones. Pero nunca tuvo el valor suficiente para hacer lo que hizo Lucas. Mejor sola que mal acompañada. Así que por eso, penso en todo el sufrimiento que le habían causado sus "amigas" aunque obviamente no se les debería llamar asi, se armo de valor y dijo:

-A mí me parece guapo y encantador. Me parece de hipócritas juzgar a la gente por su aspecto, ponerle etiquetas. Porfavor, vosotras tampoco sois nada del otro mundo. Ser un poquitín más humildes, es mi último consejo. Os deseo que seais muy felices, gracias por dejarme plantada tantas y tantas veces, por no escucharme, por criticarme, por hacer que no tenga ganas de nada, por robarme mi ilusión, por alimentaros de mi sufrimiento y por enfriar hasta el punto de congelar mi corazón. ¿Sabeis por qué?, porque sé que gracias a eso, jamás me volveré a juntar con gente como vosotras. Espero que la vida os haga crecer, porque creedme, lo necesitais.



Continuará...


María

sábado, 13 de noviembre de 2010

10 meses antes del adiós...

-Lucas, miráme a los ojos. Jamás (y tu sabes que yo nunca digo jamás) voy a dejar que otro idiota me haga creer que soy una más del montón. ¿Sabes por qué? porque yo nunca seré alguien "corriente". Porque me da igual si piensan que soy rara. Me parece más valiente ser yo misma. 

+ Yo siempre te dije que tu rareza y tu particular forma de ser hacen que mi vida se llene de luz..
Lucía... ¿Porque no me creiste a mí en lugar de a otro idiota?

-Tienes razón... menos mal que te tengo como amigo. Siempre estás a mi lado cuándo las cosas van mal, eres el único que hace eso por mí. (se abraza a él y pone los ojos en blanco...)

+(se agacha y le susurra...)  "Lucía, yo no estaré cuándo lo necesites. Estaré siempre. Quieras o no"


María.

viernes, 12 de noviembre de 2010

:)

Si hay algo que de verdad amo..
 es la felicidad en los ojos de los demás y saber que yo he contribuido en ella.



María

sábado, 6 de noviembre de 2010

Clara.

Clara... era una chica poco común. Todo el que pensaba en Clara, pensava únicamente que era muy poco sociable y excesivamente tímida o callada. Incluso los pocos privilegiados que la conocían se atrevían a decir que ella tenía su propia forma de ver las cosas, distinta, muy distinta a la de todo el mundo. Pero no solo era eso. A Clara solo la conocía Clara, y a veces ni eso. Tenía el pelo escalado e irregular y cada punta de cada mechón simulaba a las olas del mar, un mar siempre con tormenta. Y no solo eso, su color, además, era negro cómo la profundidad de la noche y  rompía con su piel casi alvina haciendo un raro, pero bellísimo contraste. Pero no era eso lo que le hacía físicamente especial: Sus ojos. Sus ojos tenían un color único. El que no sabía valorarla o aquellos que la envidiavan decían que tenía los ojos azules. Pero sus ojos tenían el mismo color, belleza y profundidad de la luna. Sus ojos eran plateados, para que lo entendais, pero si de verdad amais la luna, amaríais los ojos de Clara. Sus labios, extrañamente, nunca necesitarón carmín pues siempre vestían de rojo.


Clara nunca se maquillaba. Aunque no es de extrañar, era casi un delito manchar su cara y sus ojos luna. Ella no solía hablar, pero cuándo lo hacía siempre eran palabras perfectamente medidas y pensadas con anterioridad. Muy pocas veces decía algo que dejase ver algo de su vida privada. Era cerrada muy cerrada y todo lo que sentía lo llevaba por dentro, siempre por dentro. En realidad era sensible, le afectaba casi todo. Pero tenía el don de guardar sus lágrimas para luego, cuándo estubiese sola. Lloraba amenudo, aunque eso nadie lo sabía...

 A Clara le gustavan las cosas calculadas y medidas, nada de improvisaciones. Pero hubo una cosa que no pudo prevenir...


Continuará...

María,

viernes, 29 de octubre de 2010

Ya te echo de menos

-Lucía, enserio...
-¿Enserio qué? Sé que problablemente esté cometiendo un error, pero jamás me perdonaría no haber comprobado que lo es.
-Lucía... yo...
-Chsssst! no digas nada. No me gustan las despedidas. Eres la persona más especial que he conocido en mi vida, y jamás (y tu sabes que yo nunca digo jamás) te voy a olvidar.Lucas, nunca olvidaré tus ojos meláncolicos, tus labios inseguros y esa... sonrisa tuya capaz de romper el corazón a cualquier chica.
-A todas las chicas, no.
-¿Que quieres decir?
-Que yo no soy el que está ciego aquí. Estás ciega Lucía. Enserio, nunca te has dado cuenta de que eres lo más importante de mi vida, de que te amo, y que me muero de ganas de decirte que me encantaría irme contigo a dónde sea y como séa. Que nunca encontraré a alguién tan testadura y cabezona como tú, con la cabeza llena de sueños y de ganas de vivir. Tus ojos son mis ojos y mi corazón es tuyo. Sabes que no puedo irme contigo pero tampoco te puedo pedir que te quedes. Vete y haz realidad tus sueños, siempre te esperaré.

Y Lucía le dió un beso, de esos de películas, seguido de una mirada de... "ya te echo de menos".
Le cayó una lagrima, pero procuro esconderla, ella era una chica fuerte, se repetía.


Estubo a punto de soltarle una ñoñería, pero no, ella era una chica madura y fuerte.

-Te llamaré... le apreto la mano y se fué corriendo, dejando caer unas cuántas lágrimas contenidas.


Pero esta vez no pudo callarse,
 -¡¡¡TE QUIERO!!!

Cuándo Lucía fué consciente de lo que acababa de hacer ya era demasiado tarde, ya había montado una escenita cursi delante de un montón de ojos que ahora le miraban. Pero ya le daba igual, estaba enamorada... y cuándo uno esta así solo sabe hacer tonterías, se repetía.
Lucas sonrió, reconocío su voz enseguida, intentando no pensar en que realmente, todo a partir de ahora, iva a ser duro sin ella.





María.

jueves, 28 de octubre de 2010

:)

-No me gusta verte triste, ver que no eres felíz me hace la persona más infeliz del mundo. Ver como tus mejillas rosadas se empapan de lágrimas me rompe el corazón. Me duele no ver esa deslumbrante, encantadora y abrumante sonrisa tuya. Y aún me hace más daño ver que te derrumbas en mis brazos y, no poder saber qué hacer para consolarte. Estába pensando incluso en contarte un chiste. Pero creéme, que aunque me duela verte así, estás guapísima incluso cuándo lloras.






María.

domingo, 24 de octubre de 2010

:)

Hoy me he despertado.



Otra vez.


¿No es increible?

De aquí, al infinito amor.

María.

domingo, 17 de octubre de 2010

Coger mi mochila roja e irme.

¿Sabes? Nunca he deseado tanto como ahora, coger mi mochila roja,  mi cámara de fotos, mi pijama de lunares, mi bloc junto al boli de mi abuelo y romper el poco dinero que hay en mi cajón secreto e irme a recorrer mundo.

Me averguenza la certeza de saber que por mucho que recorra los lugares más bellos del plantea, jamás encontraré un infinito como el de tus ojos.

Pero aún así, me encantaría perderme por las calles de Paris, admirar en Roma, tomar un café en Londres, tomar el sol en Grecia, explorar en África, escuchar buena música en Nueva York, tomarme chocolate caliente en la Ántartida, hacer que mi lengua arda en México, intentar coger el encantador acento argentino, enamorarme de Venecia, dormir bajo la sombra de un árbol austrialiano, morime de miedo en las pirámides de Egipto, buscar a nessi en Irlanda, bucear en las aguas cristalinas del caribe, asombrarme por la diferente cultura de china, ver la aurora boreal, ver amanecer en alguna isla desierta, llorar, reir, buscar, encontrar y enamorarme de cada rincón que todavía no he pisado y luego volver, volver aquí, a mi pueblecito, y admirar mi casa, a mi familia a mis amigos, volver, eso es lo mejor de viajar, que siempre en algún lugar, tu sitio y tu gente siguen ahí, intactos, esperándote.

Espero que tus ojos sigan intactos cuándo vuelva...






MARÍA.

sábado, 16 de octubre de 2010

:S

En otra vida debí hacer algo muy, muy malo, para que me pase lo que me pasa...

viernes, 15 de octubre de 2010

Correr lejos de aquí.

Mira ahí va... otro suspiro, otro segundo se te ha escapado de las manos, y otro. Acaba de pasar minuto menos de tu vida. ¡Y qué mas dá...! qué más da..., como si pasan cientos. Te ríes con la chica que tienes al lado. ¿Pero que narices ha dicho para que te rías? Nada, absolutamente nada gracioso. Pero has visto que ella se reía ¿y qué mas dá? Ya no importa, te ríes por no sentirte diferente, te ríes para no confirmar una verdad escrita en tu mente. No... tú no estas triste.. estas mas bien confundida, ya sabes, es lo que dicen, la edad del pavo bla, bla, bla, bla. ¿Y qué mas dá?.
¿Y qué si me muero por irme lejos de aquí, uyendo de algo que ni siquiera sé? Eso es.. quiero irme lejos, correr, correr, hasta que nadie pueda verme.



El problema esque no puedo fingir que esto me da igual.

María

martes, 12 de octubre de 2010

Bueno y para empezar...

Una pequeña pero gran introducción de mi nuevo blog:

Mi escritor favorito, Shakespeare, no podría definir mejor lo que quiero deciros sobre mi vida y mi blog:


Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.

Yo pretendo que haya poesía en mi vida, aventura, y amor.
No la artística impostura del amor, sino el amor que es capaz de derrumbar la vida, impetuoso, ingobernable como un ciclón en el corazón ante el que nada se puede, ya te arruine o te embelese.
Yo debo sentir ese amor.



                                                                          (imagen y texto de la película que recomiendo que vean: Shakespeare in love)


María

Bienvenidos!

Nuevo Blog: En proceso de elaboración!


Muchas gracias!

María